Juan Bta. García Serna JESÚS Y NICODEMO Evangelio según Juan 3:1 al 7 INTRODUCCIÓN Un pasaje bíblico del cual podemos substraer algunas enseñanzas respecto a la salvación eterna, imperecedera reservada en el reino de los cielos, la cual algunos podrán obtener, si cumplen las condiciones que Jesús señala. Una tendencia natural es dejarse guiar, en cuestión religiosa, por la propia opinión, o la de cualquier sector religioso al cual esté adherido la persona, anulando el escrito sagrado, que no es otro que la propia palabra de Dios, a la cual aludió el apóstol Pedro: “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios” ((1Ped.4:11). Y la exhortación de Pablo a Tito: “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1). “No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas” (Heb.13:9). Sólo la Biblia tiene toda la autoridad de Dios: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fi